domingo, 4 de diciembre de 2016

Hay domingos...


Hay domingos
que la vida
deja de expandirse
se camufla en la espiral de un caracol.

Hay domingos que los pasos
desobedecen órdenes.

Hay domingos que las paredes
de tu casa
dejan de ser frontera
y hay una posibilidad
de que las incógnitas
y tú
abandonéis vuestra vieja rivalidad.  

Hay domingos
que soñar
podría ser un buen sucedáneo.


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