Hace unos días descubrí en la red a una mujer pintora Lita Cabellut, y confieso que aún estoy digiriendo sus pinturas.
Impresionantes retratos de personajes muy reconocidos: Coco Chanel, Marilyn Monroe, Charles Chaplin, Camarón… Y otros personajes anónimos: dementes de mirada tortuosa y desahuciados de la sociedad.
Me ha enamorado la serie La Perla Negra, dedicada a Frida Kahlo, quizá por la fascinación que siento por ella. ¡Verdaderamente impresionante!
La belleza y el Glamour, la vesania y lo crudo, se entremezclan, y los resultados son imágenes implacables, incomodas y fascinante al mismo tiempo. “Me gusta fijarme en la gente que tiene menos voz, y empatizo con la gente que está sola, y con la soledad”, dice la pintora.
Aquella niña gitana que pasó los primeros años de su vida pidiendo limosna en las calles de las Ramblas de Barcelona, es hoy es una de las artistas más cotizadas del mundo.
Me pregunto por qué esta mujer, española, nacida en Barcelona que ha logrado un éxito mundial, que expone su obra en Nueva York, Dubái, Londres y Hong Kong, no es valorada ni reconocida en su país.
¿Será porque es España?
Lita vive en los países bajos (Holanda)
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