sábado, 20 de mayo de 2023

Reblo y Yasora, fragmento del libro: En el zaguán los jazmines anidan noches

 

Repuesto de la sorpresa, Reblo, incapaz de resistirse a las caricias, acerca, tímidamente, los dedos a los pequeños pechos. Los pezones de Yasora se yerguen altivos, al descubrimiento del deseo. Sus grandes ojos se cubren de puntos de luz. Su flor de sésamo aún sellada, se contrae. El fino cuello se curva y acerca su boca inexperta a la de él. Un cándido beso que turba a Reblo. Y ante su flagrante y trágica incapacidad, abandona el lecho. Cuando Yasora sale de la estancia, los ojos verdes del hombre, ahora, son dos pozos.




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