Mi vida desertó de cosas ya transitadas y que no aportaron una una felicidad dicha. Tan solo un suceder sin suceder. Si partieras, mi corazón tendrá anillas como las de los troncos de los árboles, le dije, con la esperanza de que diera el paso. Como siempre, una vez más, permaneció en silencio. No hizo el gesto. Una constante en su vida.
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