miércoles, 6 de septiembre de 2017

David Trueba, Tierra de campos


Dice Antonio Muñoz Molina: Se vuelve a final de agosto de una novela como de un viaje; o más bien como de un retiro en una casa de campo apartada, en un hotel tranquilo cerca del mar.
Yo he vuelto así  este agosto de Tierras de campo de Davis Trueba. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto de una obra literaria. Buscaba cualquier momento, antes de la comida, en la hora de la siesta, mientras me tomaba el té de las cinco… cualquier rato era bueno para devorar unas cuantas páginas, dentro  de la vieja casa, que no de campo pero sí del pueblo donde nací.
Dani, el protagonista —durante el viaje  en un coche fúnebre acompañado de Jairo, el chófer, al lugar de origen de su progenitor para darle una segunda sepultura “Por concederme a mí mismo una segunda muerte de mi padre”— nos va contando la relación conflictiva con un padre que no puede entender que su hijo se gane la vida haciendo música. Un padre “que nunca tuvo una confesión directa de dolor, de tristeza. Jamás un arrebato sentimental, un abrirse y compartir la herida.”
La presencia de la madre ausente, que huyó de la realidad: “Puede que el resultado de tanta realidad fuera su fuga, una fuga lejos del dolor y la desgracia...”

Dani integra el grupo musical Las Moscas junto a sus dos grandes amigos Gus y Animal. Con los que comparte correrías, juergas, viajes, sexo y lo que él considera lo más importante; el valor de la amistad por encima del amor: “Hay que estar contra la pareja, contra la paternidad, contra la patria, todo eso son enemigos de la libertad, la única institución que el hombre debe respetar es la amistad, porque la  amistad nace de la generosidad. La familia, en cambio, se asienta en la posesión, en la protección, en la indiferencia.”

A lo largo del libro también encontramos varios personajes de esos que pasan por la vida de Dani Mosca dejando huella. Para bien o para mal.  

En definitiva, un viaje de letras del que he vuelto cargada de citas y frases subrayadas, porque yo, al contrario de lo que dice el protagonista “No suelo tomar notas, porque sólo creo en las ideas que sobreviven al olvido”, sí tengo la necesidad de volver una y otra vez a la memoria escrita.




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