Tus culpas inconfesables, obscenas
y patibularias
nos abocaron en brazos de la fatal irresolución
en silencios que tejen telarañas a los gritos
inmovilizando con
vendas de amianto el espíritu
excluyendo de nuestros abrazos la consanguinidad.
Los sustos de la infancia
tu miedo a los ojos de los gatos
en la oscuridad
mi muñeco mutilado y su letargo crónico
la mirada suplicante de los “otros”
los que nunca se iban...
no soldaron nuestros lazos
mientras Ella imploraba
a los silencios que crecían en los huecos.
Poema inédito, Pepa Cantarero
lindo, se pueden decir tantas cosas en tan pocas líneas .
ResponderEliminarSaludos.