Se ha olvidado, quizá
de la pistola de su hermano.
Creo que empieza a echar raíces.
Ya no escucha canciones de una niña-mujer.
Se ha pasado al bolero negro.
Su alter ego tiene la belleza desasosegante
de lo irreal. Un animal hermoso
que aprendió a abandonar un universo de madres
y hermanos mudos.
de la pistola de su hermano.
Creo que empieza a echar raíces.
Ya no escucha canciones de una niña-mujer.
Se ha pasado al bolero negro.
Su alter ego tiene la belleza desasosegante
de lo irreal. Un animal hermoso
que aprendió a abandonar un universo de madres
y hermanos mudos.
Una mujer a su lado
es todo lo que necesita para no engrosar
las listas necrológicas de la S.S.
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