Memoria límbica
El Patio
Perdido y la tristeza de la parra en su lenta eutanasia / por el orín del
esquivo inquilino. / Detener el reloj de
péndulo, herencia del abuelo elegante de bastón y sombrero / encontrar la caja
de metal “Carne de membrillo” y hurgar: / envoltorios de chicle doblados
cuidadosamente y / porciones de gomas de
borrar que se deshacen al tacto de hoy. / Ubicar en el Patio Perdido el naranjo
que esconde restos de placentas. / Deducir entre fotografías agrietadas, cuál
de todos los suicidas familiares es el de la mirada turbia. / Mentir a los de
ahora quién de esos ancestros es culpable de sus angustias y declives. /
Memoria es también la sospecha de una lápida infantil de pizarra en un paraje
de sierra / que no será transmitida a la
biografía reciente ni venidera. / Invisibilidad de un eslabón solo presente en
la conciencia de la que investiga. / ¿Relatar toda deuda con el pasado?
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