sábado, 2 de junio de 2012

Balance-auto



Me busco en trozos de recuerdos
en las estampas del cine de verano
en una canción de Patxi Andión:
...hoy tu cuerpo ya no es el que antes era
ha perdido la planta y la cintura...

Me busco
en los cuentos de hadas y princesas
en los del Jabato y el Capitán trueno...
en el azulón de los ojos de un hombre.
Ya desconfío de la felicidad, del futuro
y de tu sombra protectora.
He comenzado a tocar los olores
a inventar sueños para otros
a envidiar las caricias.
A la mitad del viaje
no hay ideologías salvadoras.
Me queda -lo sé- lo más hosco.
Mañana mismo volvería al sofoco sentimental
sin un ápice de rubor, de duelo
pero la angustia enturbia los delirios
y atrapa los límites
nutriendo mis esperanzas de vagabundas quejas.
Aprendo a tener la tristeza controlada.
Cultivo la ironía, he domado el gozo
me he servido del amor, he aprendido
a educar los instintos y la emoción.
Aún así, la rebeldía sigue pegada a mi piel.
Poco me queda por reivindicar.
Mis estrofas barrocas se desarman ante
el minimalismo de moda.
Lorca ha escrito todos mis versos
¡No le perdono su adelanto!
Como veis, mis nervios se crispan con facilidad
¡Qué me importa! La licencia que da el tiempo
derriba los conceptos como paredes de dominó.
Pienso más en los refugios que en los horizontes.
Impertérrita ante los futuros, la intolerancia
me sirve una bandeja repleta de incógnitas, de temores.
Mi audacia se ha corrompido entre paredes de cal
y los susurros ganan ya a los gritos.


poema premiado en en la Casa de Andalucía de Lleida

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